La publicación en el grupo de Facebook Santurtzi y sus gentes de unas fotografías de un antiguo cañón abandonado a su suerte en las inmediaciones de la Casa del Gato y los comentarios subsiguientes me han inspirado esta entrada.
Nuestro protagonista es un oxidado cañón de hierro fundido de aproximadamente unos 900-1000 kg de peso y una longitud total de 240 cm (primer cuerpo de 100 cm y caña de 90 cm). La campana tiene 20 cm de longitud y 40 cm de diámetro. La boca tiene unos 30 cm de longitud, un diámetro exterior de 22 cm y un diámetro interior de 7 cm. Deduzco que el calibre es de 70 mm aproximadamente. Los gastados muñones del cañón se apoyan en gualderas de madera montadas sobre un carro o cureña que tiene una longitud de 160 cm y una altura de 65 cm. Las cuatro ruedas macizas tienen un diámetro de 28 cm.
Es muy probable que se fundiera en las Reales Fábricas de Artillería de Liérganes y La Cavada, en Cantabria, aunque en un principio iban a ubicarse en Bizkaia. El establecimiento de estas fábricas supuso que cerca de setenta familias procedentes de Flandes se asentaran en esas localidades cántabras, en donde todavía perduran los apellidos de origen flamenco, que incluso han llegado a Santurtzi: Rojí es uno de ellos. Además el hierro utilizado para la fundición de estos cañones procedía de las minas de Somorrostro. El mundo es un pañuelo.
No soy especialista en la materia pero diría que se trata de un cañón de a 8 libras, una pieza de artillería que disparaba bolas de hierro fundido de 8 libras de peso (3,91 kg), además de palanquetas, cadenas y metralla. Un estudio detallado confirmaría si estoy en lo cierto o se trata de un cañón un poco más potente, de a 12 libras, o uno más ligero, de a 6 libras, que es más factible. Fue un modelo muy utilizado por la mayoría de las grandes potencias navales entre los siglos XVII y XIX, tanto en mar como en tierra, en las baterías de costa. Quizás formó parte de la batería de Campo Grande, situada en las inmediaciones, entre el restaurante Currito y el palacio Oriol. Y esto me sirve de excusa para hacer un pequeño resumen de los fortines costeros que se construyeron en el litoral del Abra para defensa de sus costas a lo largo de los últimos cinco siglos.
Desde fines de la Edad Media hasta la abolición de los Fueros tras la III Guerra Carlista (1872-1876) el Señorío de Bizkaia debía garantizar la defensa militar de su territorio. Uno de las primeras medidas adoptadas fue la instalación de vigías o atalayas en los puntos más estratégicos del litoral desde los que se oteaba el horizonte. El Serantes y La Galea son buenos y cercanos ejemplos. Algunas de estas atalayas dieron lugar a instalaciones defensivas denominadas de muy diversa manera (baterías, fortines, fuertes o incluso castillos) en las primeras décadas del siglo XVI.
En el litoral vizcaíno hubo un total de 64 puestos fortificados aunque en ningún momento funcionando al mismo tiempo más de 45. Por municipios, el mayor número se situó en Bermeo con un total de 10, seguido ya a distancia por localidades como Getxo y Santurtzi con 5 cada uno, Portugalete con 4 y Zierbena y Muskiz con 3 respectivamente. El Abra se encontraba fuertemente protegido para defender infraestructuras básicas como los astilleros reales de Zorroza y los puertos de Portugalete y Bilbao.
La construcción y mantenimiento de estos fortines costeros era competencia del Señorío que ordenaba revisiones periódicas para garantizar su conservación. Asimismo nombraba a los guardafortines encargados de su custodia en períodos de paz. El papel de los municipios era secundario, se limitaba a la custodia de los pertrechos y pólvora perteneciente a cada fortín, así como tener en buen uso las distintas piezas de artillería. Por norma general, el cumplimiento de esas obligaciones fue bastante escaso, de ahí su progresivo deterioro.
Respecto a la estructura de estas baterías o fortines, podemos encontrar desde pequeñas posiciones defensivas con un par de piezas de artillería a otras que llegaron a albergar hasta 16 cañones. Las más antiguas eran muy sencillas (apenas unos parapetos de tierra compactada). Con el tiempo se realizan construcciones más sólidas con muros de piedra reforzados con sillería. El fuerte de La Galea (Getxo) incluso tenía un foso protegiendo la estructura defensiva. A falta de almacenes fue muy habitual el empleo de otras construcciones situadas en las cercanías para depositar los pertrechos o custodiar los cañones, tal y como ocurría en Santurtzi con la iglesia de San Jorge. El aprovechamiento de los espacios religiosos para usos militares provocó algunos conflictos entre las autoridades civiles y las religiosas.
Otro aspecto a resaltar es la ubicación de estos puestos defensivos. Inicialmente la mayor parte de las baterías buscará emplazamientos a baja cota desde los que se dominaban las playas o embarcaderos, debido a las propias limitaciones de los cañones disponibles, de pequeño calibre y reducida potencia de tiro. A finales del XVIII hay un cierto cambio en las estrategias defensivas y los fortines erigidos durante las primeras décadas del siglo XIX se harán en emplazamientos más prominentes que los anteriores.
Cronológicamente, la construcción de estas fortificaciones costeras está inducida por los diferentes períodos bélicos en los que se ve inmersa la Corona española. El primero está relacionado con la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y en concreto con la entrada de Francia en el conflicto a partir del año 1636. En este momento se llevará a cabo la construcción de buena parte de las defensas del Abra: Usategi y Arriluze en Getxo, Campo Grande en Portugalete, San Jorge y Bañales (en torno al antiguo puerto), Gibilis y El Campillo en Santurtzi, El Castillo, la del Puerto y Arenota en Zierbena y finalmente El Socorro, Castillo Viejo y Corbera en Muskiz.
Desde entonces hasta principios del siglo XVIII solo se erige una nueva, la batería santurtziarra de Las Cuartas. Su construcción parece relacionarse de una manera directa con un incidente armado ocurrido en 1673 cuando dos fragatas francesas apresaron una nave holandesa atracada en la zona y contra lo cual muy poco pudieron hacer las baterías costeras de la zona.
El siglo XVIII se inicia con un nuevo conflicto armado, la Guerra de Sucesión Española (1700-1714). Se diseñó un plan de defensa que conllevó la creación de nuevas baterías costeras como la de El Cuervo en Portugalete. Un nuevo impulso vendrá dado por el desarrollo de otro conflicto armado, la Guerra de la Sucesión Austríaca (1740-1748) y para contrapesar el peligro que suponía la flota inglesa se encargó al ingeniero militar Jaime Sycre el diseño de una serie de fortificaciones, entre ellas el emblemático fuerte de La Galea.
Este proceso constructivo se vio violentamente truncado por la Guerra de la Independencia (1808-1814), cuando el litoral fue escenario de incidentes protagonizados por la flota inglesa y los guerrilleros locales, que con la excusa de azuzar a las tropas francesas provocaron la destrucción del sistema defensivo de baterías costeras creado durante los siglos precedentes (la inmensa mayoría de las baterías fueron quemadas o desmontadas, sus pertrechos robados y sus cañones inutilizados o arrojados al mar). Habrá que esperar al bienio 1827-1828 para que el Señorío aborde una reforma completa. Se restauraron muchas de las antiguas posiciones defensivas destruidas, otras quedaron definitivamente abandonadas y se construyeron algunas nuevas.
En cualquier caso, estas instalaciones se habían quedado obsoletas ante los avances técnicos experimentados en el campo de la artillería. A comienzos de la I Guerra Carlista (1833-1840) una buena parte eran absolutamente inútiles por estar nuevamente en muy deficiente estado de conservación. Incluso las mejor preparadas jugaron un papel muy secundario en el desarrollo de los acontecimientos militares. Por eso la inmensa mayoría se abandonó tras el fin de la guerra. Una prueba clara de esa situación la encontramos en las instancias presentadas a la Diputación en los años 1844 y 1845 por el chatarrero José Oronoz (vendedor de clavazón y comprador de hierros viejos), en las que señala que en las poblaciones de Getxo, Santurtzi, Zierbena y Muskiz existe “entre agua y orilla del mar varios despojos de cañones pedazados, y balas igualmente rotas todo de yerro colado é inutiles para su serbicio, los cuales solo sirben de tropiezo para las lanchas“ y solicita autorización para poder recogerlos aunque finalmente parece que le será denegada.
En lo que respecta a Santurtzi, su ubicación en la bocana del Abra convertirá a nuestra localidad en una pieza clave del sistema defensivo de la zona. Hoy en día ese frente litoral se encuentra totalmente alterado a raíz de la ejecución del puerto exterior que ha provocado la desaparición de toda evidencia constructiva relacionada con alguna de las 5 fortificaciones que hubo en nuestro municipio (6 si incluimos Campo Grande), cuyas características y evolución particular son las siguientes:
- La Batería de Campo Grande (el Campo de Bilbao o el fuerte de Santa Bárbara) situada actualmente en el término municipal de Santurtzi pero hasta mediados del siglo XIX en el de Portugalete. En concreto, en la zona de Peñota, frente al polideportivo y a la altura del núm. 23 de la avenida Cristóbal Murrieta donde actualmente se levanta el chalet de Amesti, cuyos cimientos se fundamentan sobre una gran plataforma de sillería de forma pentagonal que recuerda la planta que originalmente dispuso el recinto. Su construcción tendrá lugar en torno a 1639-1641, en un “parage muy preheminente y de donde á poco riesgo se puede haçer gran daño al enemigo“. El recinto en 1684 presentaba “una muralla de cal y canto” de 46 metros de largo y una anchura entre 1,70 y 4,20 m, en la que se abrían un total de 4 o 6 troneras (según las fuentes). La Guerra de la Independencia supondrá su práctica total destrucción (“estan enteramente derrotados e inutilizados desde la entrada de los yngleses“), y tras años de abandono será restaurada en 1827-1828 adoptando una nueva planta tal y como aparece reflejada en un sencillo plano dibujado a principios de la I Guerra Carlista. Esta nueva batería presentaba una superficie mayor que la de su antecedente (26 m de ancho por 47 de largo), con una planta pentagonal y un total de 5 troneras para cañones y una pequeña tejavana en el punto más protegido de la misma. A pesar de esas reformas la batería será completamente abandonada una vez finalizado ese conflicto, para finalmente en 1861 ponerse en venta el “terreno y escombros de la casa ó fuerte derruido denominado el Campo Grande”. Podemos hacernos una idea gracias a la recreación realizada por Goio Bañales a partir de los planos de la misma, aunque las cureñas de los cañones aquí representados son diferentes a la del nuestro (en mi opinión, estos cañones parecen corresponderse con los de artillería de campaña, con grandes ruedas que facilitan su transporte y movilidad y no con los habituales en este tipo de fortines costeros).
- El punto más vulnerable de la costa santurtziarra era su puerto, el cual estaba defendido por dos posiciones que desaparecieron completamente tras el relleno del antiguo embarcadero y la creación del Parque. Los primeros datos de fortificación de la zona datan de 1630 aunque no hay certeza de la ubicación específica de las mismas. La Batería de San Jorge (el “campo detrás de la iglesia” o La Almena) estaba situada al N-NE de la iglesia de San Jorge sobre una pequeña lengüeta de tierra. En 1684 será definida como un puesto “preminente y a proposito para haçer daño muy considerable al enemigo antes y despues que entre en la barra“, empleando la cercana iglesia como almacén de sus pertrechos y cañones. Destruido el fortín en la Guerra de la Independencia no volvió a ser artillado, y tras varios años en estado ruinoso la parcela fue finalmente enajenada a un particular. La otra posición era la Batería de Bañales (o la Plataforma), situada enfrente de la anterior, en una pequeña plazoleta ubicada junto a la casa-torre de Bañales (esta sí era una auténtica casa-torre), batiendo la entrada S del puerto. Su emplazamiento estaría situado en el entorno de la sucursal del Banco Santander. Ambas posiciones aparecen ya documentadas en 1638, siendo descrita la presente como un “parapeto…que esta echo en la puente que coxe de un lado a otro desde la puente dicha asta la lengueta del agua que esta antes de llegar a la torre de don Martin (de Bañales y Salazar) que es de largo çiento y sesenta y ocho pies que son beynte y quatro braças de a siete pies casa una”. Esta plataforma desaparecerá completamente a partir de 1726, quedando su emplazamiento completamente inutilizado.
En el resto del litoral, los tres fortines que albergaban baterías de cañones eran conocidos también con el nombre de castillos. Se situaban al N del puerto de Santurtzi y estaban destinadas a proteger la zona empleada como atraque de las embarcaciones de mayor porte. Aparecen mencionados de tres formas diferentes: con el nombre del lugar de ubicación (Gibilis, Las Cuartas, El Campillo), con el nombre propio dado a la batería (San Carlos, San Gerónimo, San Bartolomé) o con el número que ocupa con respecto a su distancia al núcleo urbano de Santurtzi (Tercer, Segundo y Primer Castillo respectivamente). Estaban ubicados cada 200 metros aproximadamente.
- La más alejada será la Batería de Gibilis (San Carlos). Parece ser que se situó en las proximidades del desaparecido puertecillo de Las Vegas, junto a las piscinas de Iberdrola. Será construida en el mismo momento que las baterías del puerto, presentando en 1684 una planta trapezoidal con dos troneras enfiladas a la barra. A lo largo de su existencia será renovada en diferentes ocasiones hasta que durante la Guerra de la Independencia fue completamente desmantelada. Tras un período de abandono será restaurada nuevamente en el bienio 1827-1828, a pesar de lo cual su papel durante los siguientes conflictos fue mínimo.
- La Batería de El Campillo (San Bartolomé de Cercamar o San Bernardo del Campillo) es coetánea a las anteriores y era la más cercana a la población, estando ubicada en la zona conocida como La Cerrada, al final del actual Paseo de la Sardinera. En 1684 presenta un recinto en forma de “L” donde se abrirán entre 5 y 7 troneras, según las fuentes, con una pequeña tejavana para el resguardo de estas piezas. Su evolución se verá truncada por la Guerra de la Independencia cuando la posición será desmantelada (“no hay cañon util ni utensilio”), quedando a partir de ese momento completamente abandonado su emplazamiento.
- La Batería de Las Cuartas (San Gerónimo), a caballo entre las de Gibilis y El Campillo, es la más reciente de las defensas santurtziarras. Estaba ubicada en las proximidades de la zona donde arranca el Rompeolas. Su construcción data de finales del siglo XVII (1684), presentando una planta en forma de “L” en la que se abrían 5 troneras. Destruida en el transcurso de las guerras napoleónicas, abandonada durante años y restaurada en 1827-1828, aunque la posterior desidia hará inútiles estos esfuerzos.
Una vez despojados los fortines de sus cañones, éstos fueron frecuentemente utilizados en los muelles para sujetar las amarras de los buques que atracaban. Se empotraban verticalmente, unos ¾ de su longitud aproximadamente, dejando fuera la culata que tenía uno o varios rebordes, que impedían el deslizamiento de las amarras. Eran conocidos con el nombre de “cañón de amarre”. Es más, el Noticiero Bilbaino en febrero de 1880 se hacía eco de la necesidad de aprovechar los cañones para esta finalidad:
Con el paso de los años, en muchos muelles fueron sustituidos por los “bolardos” y los “norays” pero en pequeños puertos, donde no se han realizado obras, es posible encontrarlos todavía. En Santurtzi también se emplearon con tal fin, como puede verse en esta fotografía (así me lo parece) fechada en 1906:
Y en el actual puerto pesquero se conserva un mutilón de amarre que según cuenta la leyenda sería un antiguo cañón ya aprovechado en el puerto viejo.
Sin embargo, nuestro protagonista permanece sobre su cureña, como mudo testigo de la historia del Abra, a la espera de un futuro mejor, de una intervención que garantice su conservación y puesta en valor como resto arqueológico que es de nuestro pasado, como se ha realizado en otros municipios (Mundaka, Orio, etc.).
La bibliografía empleada para realizar esta entrada es la siguiente:
– El artículo de Alfredo Moraza Barea titulado Claves para una radiografía de la defensa del Señorío de Bizkaia en Época Moderna: el sistema de baterías, fuertes y fortines costeros que se puede encontrar fácilmente a texto completo en pdf en Internet.
– El estudio inédito elaborado por Joseba Trancho López titulado Construcciones militares en el municipio de Santurtzi.
– El libro de Carlos Glaria titulado Santurtzi, entidad histórica, lengua y toponimia.
– El indispensable blog Somorrostro de Goio Bañales y su reciente publicación In insula maris.
Adenda [mayo 2015]:
Información sobre la procedencia del cañón, facilitada por Joseba Trancho:
El cañón de la Casa del Gato estaba ubicado anteriormente en las oficinas de Altos Hornos en Barakaldo. Al cerrarse Altos Hornos en 1996, hablé yo con la empresa (era empleado de la misma) para ver la posibilidad de que nos lo donara a Santurtzi para intentar instalarlo y reconstruir una de las baterías que hubo en el municipio, más concretamente en Campo Grande (era donde mejor se podía ubicar). Me dijeron que sin problemas. Luego hablé con Javier Cruz para trasladarle la idea y para que facilitara el transporte y la reconstrucción de la cureña (armazón de madera) que estaba totalmente podrida. Puso un camión del Ayuntamiento para traerlo, se dejó en el CIFO, se hizo la cureña, pero en lugar de ponerlo en Campo Grande, lo metieron en esa esquina de la Casa del Gato, medio escondido. Lo que no te puedo decir es donde estaba antes de colocarse en el jardín de Altos Hornos, porque ellos tampoco lo sabían. Yo lo he visto en la fábrica durante más de 30 años en el mismo lugar.
Estupenda entrada o cómo un elemento simple como los cañones puede explicar la historia bélica durante siglos de nuestra comarca.
Si fuera posible, me gustaría que facilitareas más datos al respecto sobre su ubicación. Me gustaría sacar unas fotos y tomar unas dimensiones. Soy arqueólogo marítimo de Bizkaia y podríamos tratar de afinar más sobre el cañón. Son importantes las fajas, escocias, astrágalos etc para poder afinar. Me puedes contactar en mi mail
Otro estupendo artículo, de imprescindible lectura, para los amantes de la historia y la cultura de nuestro pueblo. Eskerrik asko eta segi horrela.
[…] me permite llamar la atención sobre un elemento patrimonial del que ya he hablado en otra entrada, la batería de costa de Campo […]
Simplemente genial. Existe alguna recreación infográfica de la batería de la iglesia y de higarillo?
Que yo conozca, no. Sólo lo hecho por Goio Bañales para la de Campo Grande.
[…] hierro está fabricado el cañón, oxidado testigo de la historia, abandonado en el jardín de la Escuela Municipal de Música. De […]
Estupendo trabajo.