Antonio Pérez Múgica, apodado Soperón, fue un entrañable personaje santurtziarra que reunió en su persona tres tradiciones fundamentales en la historia de nuestro municipio: la pesca, el remo y la gastronomía. Justo es que le dedique una entrada en el blog.

Nació en el seno de una humilde familia en el barrio de Mamariga en septiembre de 1895. Sus padres, Víctor Javier Pérez Palacio y Tomasa Ramona Múgica Bustamante habían contraído matrimonio en la iglesia de San Jorge en 1891. Tuvieron cinco hijos: Pablo (1892), Esmeralda (1893), Antonio (1895), Alfredo (1898) y Adela (1901).

Antonio contrajo matrimonio con Felisa Aramburu Tejada en Santurtzi en 1921. Fruto de ese matrimonio nacieron los siguientes hijos: José Luis, Fidel, Miren (premio Santurtzi 2014), Begoña, Antonio y Domingo. Felisa falleció en 1994.

Cuentan que cuando era aún muy joven, Antonio vendió un burro que tenía su padre y con el dinero que obtuvo se compró el primer bote que tuvo. Más tarde, ya experimentado en las artes de pesca, adquirió en sociedad con José María Basterrechea, Botitos, su primera embarcación pesquera, un vaporcito llamado Gaviota.

Con el tiempo le compró su parte a su socio pasando a ser el único propietario. Más tarde faenó en un pesquero más grande llamado Cid Campeador. Su última costera la realizó con 72 años, él al timón y su hijo en máquinas.

A Soperon, los mas mayores lo recuerdan porque fue uno de los remeros de la trainera que venció en las famosas  regatas del Abra de 1921. En la fotografía grupal, el cuarto por la derecha de la segunda fila.

Precisamente su apodo, según una versión, nació en una de esas regatas. Era un hombre corpulento, fuerte y con mucha energía que remaba como el que más en cualquiera de las regatas en las que participaba. En una de esas ocasiones, se dirigió a su patrón, Daniel Obregón, Resaca, tildando burlonamente de soperones, como sinónimo de flojos, al resto de remeros.  Y desde entonces sus compañeros le empezaron a apodar así. Sin embargo, el propio Soperón, en una entrevista publicada en El Correo el 9 de noviembre de 1971, contaba otra versión sobre el origen de su apodo.

Igualmente en el periódico Pueblo del 7 de noviembre de 1973 se recalcaba que el mote tenía mucho que ver con su faceta de cocinero.

Soperón era un gran amante del marmitako y un verdadero especialista en su realización. Participó en numerosos concursos gastronómicos en los que venció en muchas ocasiones. Prueba de ellos son los numerosos artículos publicados en la prensa de la época y las fotografías en las que aparece con los trofeos ganados en los fogones.

En su época fue considerado el mejor cocinero de Santurtzi en la especialidad de marmitako. Fue muy comentado el desafío gastronómico que se celebró entre bermeanos y Soperón en 1965.

 

Siempre estaba dispuesto a aceptar retos gastronómicos.

Falleció el 5 de noviembre de 1973 a los 78 años a consecuencia de una trombosis. Su muerte fue muy sentida. Fueron numerosas la necrológicas publicadas en la prensa de la época.

Aunque en vida fue muy popular, en Santurtzi su recuerdo público permanece únicamente en uno de los históricos murales del restaurante Kai-Alde realizados por el pintor Norberto Rodero en septiembre de 1967. Soperón está representado en el extremo izquierdo.

Para finalizar, tengo que agradecer la colaboración de Iñaki Cítores para localizar en las diferentes hemerotecas las noticias referentes a este personaje santurtziarra.