El 8 de septiembre de 1972 tenían lugar en Santurtzi dos inauguraciones: la de la remodelada plaza de la Virgen del Mar en Mamariga y la de un nuevo equipamiento escolar. En esta entrada voy a centrarme en la segunda de esas inauguraciones.

A las antiguas escuelas ya les he dedicado dos entradas: una breve, la reseña del artículo publicado en ensanturtzi.com, y otra más extensa en la que el protagonista es Fermín Repáraz, maestro que desarrolló en ellas su labor docente durante 25 años. Las escuelas antiguas fueron construidas, según planos de Francisco de Berriozabal, en 1878 y con el paso del tiempo se habían quedado pequeñas y obsoletas. Así pues, a finales de los años 60 se hizo evidente la necesidad de edificar un nuevo equipamiento docente acorde con las nuevas necesidades y la recién aprobada Ley General de Educación de 1970 que estableció la Educación General Básica (E.G.B.).

En abril de 1970 se reformaba la estructura y organización escolar en nuestro municipio y concretamente se procede a ampliar la escuela graduada mixta en régimen de agrupación escolar denominada Fermín Repáraz. Contará a partir de entonces con trece unidades escolares y dirección sin curso (siete unidades escolares de niños, cinco de niñas y una unidad de párvulos). A tal efecto se integran en ella una unidad escolar de niños y cuatro de niñas que dependían del entonces denominado Colegio Nacional mixto Daniel Pereda. Con estas integraciones la agrupación escolar Fermín Repáraz tenía sus aulas repartidas en cuatro diferentes ubicaciones, tal como detalla la publicación Escuela Española según el callejero de la época:

Para hacer frente a todos estos cambios se construyó el edificio que ha llegado hasta la actualidad. El Ayuntamiento solicitó la correspondiente subvención al entonces Ministerio de Educación y Ciencia para afrontar una inversión cercana a los 6 millones de pesetas de la época. La nueva construcción albergaría ocho aulas con capacidad para 320 plazas, ¡40 alumnos por aula!

Se trata de una obra proyectada por tres destacados arquitectos: Juan Daniel Fullaondo Errazu (Bilbao, 1936 – Madrid, 1994),  Álvaro Libano Pérez-Ullibarri (Bilbao, 1921 – Donostia, 2010) y Fernando Olabarria Delclaux (Bilbao, 1939). Entre 1969 y 1972 Fullaondo, en colaboración con Olabarría y Líbano, construyó ocho grupos escolares en diferentes municipios vizcaínos (Bilbao, Durango, Markina, Santurtzi y Zaratamo) en los que se aprecia un carácter neorracionalista. Fullaondo consideraba que en los centros escolares, donde la cultura era protagonista, era conveniente insertar un factor cultural arquitectónico. A la vez, la economía y funcionalidad que requerían los edificios escolares eran adecuadas a la metodología racionalista. Del edificio destaca su expresionista volumen con la escalera como elemento protagonista y articulador.

La inicial Agrupación Escolar Mixta Fermín Reparaz sería la base del futuro colegio nacional del mismo nombre. En julio de 1972 el centro recibe el permiso para impartir E.G.B.; en septiembre de 1979 para impartir educación preescolar y en noviembre de 1987 para impartir educación especial. Los tiempos siguen cambiando y por Decreto 319/1997 de 30 de diciembre (B.O.P.V. de 20 de enero de 1998) se suprime el centro para entonces ya denominado Colegio de Educación Infantil y Primaria Fermín Repáraz. La documentación producida por el centro se trasladó al Archivo General de la Administración Pública de Euskadi en dos transferencias, la primera en 1997 y la segunda en 2002. Y, 20 años después, su rastro ha desaparecido de Santurtzi. No he encontrado apenas imágenes de los primeros años y muy poca información.

Con la clausura del colegio en 1997 se aprovechan sus instalaciones para reubicar el Euskaltegi Municipal en 2001, aulas de Educación Permanente de Adultos y, finalmente, la Escuela Oficial de Idiomas en 2009. También se aprovecha la planta baja para crear la sala Kresala.

Por todo esto se realizan diferentes modificaciones en el edificio, tanto en el exterior como en el interior (cambian los accesos, se cierran miradores, se añade la última planta, se instala el ascensor en el hueco de las escaleras, etc.).

En resumen, hoy conmemoramos el 45 aniversario de la inauguración del edificio y el 20 aniversario de la desaparición, para mí un tanto inexplicable, de un colegio público en nuestro municipio.