La lámina recién adquirida por Marina Sesumaga con una sardinera lotera como protagonista, cuya imagen he publicado en varios muros de Facebook, me ha proporcionado la excusa perfecta para realizar una entrada dedicada a esta poco conocida rifa, al menos entre los santurtziarras menores de 45 años…
La tradicional rifa benéfica del Hospital-Asilo municipal comenzó a celebrarse en 1923 haciéndola coincidir con la tradicional lotería del Niño. Era desde sus inicios un sorteo de carácter excepcional, organizado con el beneplácito del Estado, que poseía el monopolio exclusivo de los juegos de azar. Se trataba de un sorteo en combinación con el correspondiente de la Lotería Nacional que recuperaba los fines que pretendía la lotería primitiva o antigua creada en 1763 por el rey Carlos III, es decir, que sirviera para beneficiar a hospitales, hospicios, asilos y otras obras pías.
En una reseña publicada el 7 de enero de 1933 en el diario Luz podemos leer que en su primera década de existencia esta rifa benéfica había adquirido cierta notoriedad por dos razones enfrentadas presentes en todos los jugadores, según T. Mendive, el autor de la noticia: la codicia, el deseo vehemente de poseer riquezas o bienes y el sentimiento de generosidad o filantropía, al saber que con la rifa se ayudaba a un establecimiento benéfico. No cabe duda que la calidad de los premios amplificaba la fama de esta rifa: el primer premio consistía en una casa valorada en 10.000 pesetas de la época. Con mucha ironía, Mendive relata que el segundo premio consistía en una vaca, valorada en 1.250 pesetas.
En 1934, según la noticia publicada en el diario Las Provincias, resultó agraciado con una casita de campo un concejal del Ayuntamiento de Santurtzi, además de otros dos afortunados. Por el momento desconozco la identidad del edil.
Dos días después El Noticiero Bilbaíno publicaba la siguiente reseña sobre los afortunados ganadores de la rifa benéfica.
Eran frecuentes los anuncios publicados en diversos periódicos de la época para publicitar la rifa benéfica. Como muestra el siguiente, publicado el 21 de noviembre de 1935.
En una noticia publicada el 11 de enero de 1936 en un periódico del que desconozco el nombre podemos ver con detalle los premios y, sobre todo, el alcance de la rifa puesto que los billetes premiados habían sido vendidos por todo el norte peninsular, lo que nos proporciona una idea de la fama que había adquirido ya en aquellos primeros años de vida.
Durante los años cuarenta la rifa recupera enseguida la fama que tenía antes de la guerra civil. Los premios siguen siendo únicos en su género y las cinco series de billetes se venden en su totalidad, según podemos leer en la noticia publicada el 27 de septiembre de 1944 y el anuncio del 31 de octubre de 1947, respectivamente, en el ABC.
En 1950 la rifa benéfica seguía teniendo gran notoriedad y los premios seguían siendo sorprendentes en muchos sentidos. En el siguiente anuncio publicado por el Ayuntamiento en el Boletín Oficial de la Provincia de León para difundir la rifa podemos hacernos una idea de los mismos.
Desde luego mantener la fama de la rifa exigía una intensa labor de propaganda. Además, para ampliar el alcance de la misma, se publicaban anuncios para encontrar corresponsales (vendedores a comisión) para la venta de los billetes.
Desde mediados de los años 40 podemos observar que la rifa ya no está únicamente concertada con el popular sorteo del niño de la Lotería Nacional. Así, por ejemplo, en 1946 y 1947 se celebran rifas el 24 y 25 de agosto, respectivamente. Y en 1958 y 1959 se celebran el 15 y 25 de febrero, respectivamente.
En los diferentes anuncios que podemos encontrar durante esos años el primer premio, la famosa casa de la rifa, puede ser representada gráficamente de varias maneras y tener características muy diferentes: un chalet individual, cinco chalets adosados, un edificio de varias plantas, etc., incluso en un caso con marcado carácter futurista para la época, como en el anuncio de la rifa de agosto de 1946, acompañado, sin embargo, por un grupo de vacas lecheras…
Y, aunque parezca mentira, este edificio existió en realidad, en la confluencia de la avenida Iparragirre y calle Capitán Mendizabal. Fue derruido hace ya muchos años, hacia 1982-1984.
Es más, en la rifa de 1952 resultó agraciado con el primer premio Vicente Montero Salgado, domiciliado en Donostia – San Sebastián. Desconozco la evolución posterior de la propiedad de la casa. Cualquier noticia será bien recibida.
A partir de entonces los automóviles se convierten en los premios más relevantes de la rifa benéfica. Coincide con el final de los años 50, un periodo en el que la economía parece remontar, los años del desarrollismo, cuando tener un automóvil proporcionaba una imagen, era algo socialmente deseado y envidiado.
En enero de 1957, el listado de premios comenzaba con un piso en el centro de Bilbao o un coche Mercedes Benz 180…
En noviembre de 1961 el diario ABC publicaba la noticia de que Félix Rodríguez díez había sido agraciado con un premio enorme: dos coches, una furgoneta, un camión…
En 1963 podemos encontrar el siguiente anuncio publicitario:
Otros premios que nos resultan sorprendentes en la actualidad son las vacas lecheras y las mulas pero, sin embargo, tenían gran protagonismo en los folletos publicitarios que se editaban para difundir la ya famosa rifa benéfica a mediados de los años 40. Sin duda, eran otros tiempos…
Es evidente que la evolución de la rifa benéfica a lo largo del tiempo nos muestra rasgos de la propia evolución de la sociedad entre 1925 y 1965. Y entre esos rasgos el arte es uno de los más significativos.
No cabe duda que la lámina de la que hablaba al comienzo de la entrada tiene un indudable valor artístico y presenta unas características muy significativas. El autor de muchos de los carteles de los años dorados de la rifa, Nicolás Martínez Ortiz de Zarate fue un notable ilustrador, pintor, cartelista y muralista bilbaíno (1907-1991).
Durante la II República colaboró con el Partido Nacionalista Vasco para el que diseñó diversos carteles, entre ellos el del primer Aberri Eguna. Durante la Guerra Civil diseñó los preciosos billetes de banco emitidos por el Gobierno Vasco, los denominados eliodoros.
Encarcelado por sus convicciones políticas, tras ser liberado recuperó discretamente su actividad artística. Influido por el cubismo, su obra se caracteriza por representar tipos y costumbres vascos de la época, uniendo modernidad y tradición. Ejecutó murales en Altos Hornos de Vizcaya, en el Hotel Carlton de Bilbao y en la sede de Seguros La Polar de Madrid. Y para el Ayuntamiento de Santurtzi realizó durante varios años (entre 1945-1955 aproximadamente) los carteles y folletos de la gran rifa benéfica.
Los carteles y folletos de los años siguientes carecen, en general, de esos valores estéticos.
Los billetes de la rifa manifiestan igualmente esta evolución estética a lo largo de los años.
La rifa benéfica tiene durante los años 60 una hermana pequeña, en este caso a favor de las parroquias de San Jorge y San Juan.
Y esto es toda la información que he encontrado, con la ayuda de Francisco Javier Pérez, respecto a la gran rifa benéfica que tanta fama tuvo a mediados de los años 50 y 60 del pasado siglo XX. Como siempre, cualquier información adicional al respecto será muy bien recibida.
Concluyo la entrada con las imágenes de otras dos pintorescas sardineras loteras.
[…] La institución, ya municipal, se benefició de donaciones particulares, como la herencia recibida en 1913 de las acaudaladas próceres locales Eusebia Ubarri Capetillo (prima por parte de madre del conde de San José de Santurce, fallecida soltera en 1909) y de la más conocida Aurora Vildósola de los Campos, fundadora del Patronato Santa Eulalia, que costeó las obras de ampliación del asilo y la construcción de la nueva capilla en 1924. Otra fuente de financiación fue la famosa rifa benéfica a la que ya he dedicado una entrada. […]
[…] Un logo muy acertado puesto que la sardinera es uno de los símbolos identitarios de Santurtzi más reconocidos. La sardinera lotera tiene, por cierto, un precedente ya que fue empleada en la famosa rifa benéfica del Hospital-Asilo municipal. […]
[…] 5 de enero de 1923: primera rifa benéfica del Hospital-Asilo municipal. […]
[…] Nuevo artículo, el 22.º de la serie, publicado en el número 124 de ensanturtzi.com en la sección Santurtzi Ezagutu: pequeños fragmentos de la historia de Santurtzi, correspondiente al mes de enero. Podéis encontrar información más detallada sobre la rifa de la cual se cumple el 95 aniversario del primer sorteo, en el siguiente enlace. […]