Uno de los elementos más curiosos del parque de Santurtzi es la fuente de los monos. La adquisición y ubicación en el parque de Santurtzi de la fuente original se acordó el 21 de junio de 1974, hace ahora 45 años, en una reunión de la Comisión Municipal presidida por el entonces alcalde accidental Antonio Cortadi Ugidos. La fuente costó 30.620 pesetas.
Aquella primera fuente de un solo caño central estaba constituida por una base alargada y rectangular de aproximadamente 30 cm de grosor, adornada por una de las caras, la orientada al interior del parque, con unos medio relieves (no muy profundamente marcados) de lo que podríamos calificar como estilo neorrománico, distribuidos en tres niveles.
En la base, a izquierda y derecha se reproduce la misma escena: una pareja de artesanos trabajando enmarcados por dos formas vegetales. En el centro, aparece una escena de caza, un personaje a caballo hostigando a un cérvido, entre dos formas vegetales a los extremos. En el nivel intermedio se representan tres escenas. A la izquierda del espectador una escena bélica, a la derecha una escena de caza y en el centro siete figuras, probablemente personajes eclesiásticos, inscritas en el interior de una sucesión de arcos apuntados. Finalmente, en el nivel superior a derecha e izquierda de un vacío central se reproducen unos roleos vegetales.
Precisamente en ese hueco central se instaló una pequeña escultura en piedra artificial (hormigón) que representaba a los tres monos sabios, un motivo iconográfico de carácter oriental, propio de la cultura japonesa.
En la siguiente imágen de finales de los años 80, cedida por Arantza Arin, podemos apreciar el tamaño relativo de la escultura y de su base.
Ni la base ni la escultura de los monos tenían especial valor artístico. Se trataba de piezas decorativas fabricadas en serie en piedra artificial (en hormigón) para adornar parques y jardines, públicos y privados, que se compraron en uno de esos típicos establecimientos dedicados a vender esa clase de elementos ornamentales. De hecho, podemos encontrar abundantes ejemplos de jardineras con una decoración similar.
Cuando en 2009 se abordó la renovación del parque central se decidió sustituir la vieja y deteriorada fuente de los monos por otra nueva, más moderna e impersonal, hecha de obra y revestida con el mismo acabado del resto del parque. El único elemento decorativo que se conservó, en espíritu, de la vieja fuente es la pequeña escultura de los tres monos sabios. La actual figura es una copia prácticamente idéntica realizada en bronce, a partir de un molde de silicona de la vieja, por el artista Benito Valladares Ruiz, autor de la escultura que representa a un niño pescando.
Según cuenta el escultor, el encargo del Ayuntamiento consistió en realizar una copia en bronce. Sin embargo, tuvo que retocar mínimamente el modelo en cera antes de fundir en bronce para reparar las zonas más afectadas por el paso del tiempo y sin apenas definición (ojos, manos), pero manteniendo en lo posible la esencia. Solo transformó sustancialmente los pies de las figuras pues se apoyaban sobre una rama de árbol que hacía de base y pasarían a estar sobre la superficie plana de la actual fuente.
En la copia en bronce se esforzó en imitar la textura del hormigón para mantener ese carácter rudimentario y que fuese siempre reconocible para cualquier santurtziarra que recordara la escultura original. Con estas mínimas transformaciones y el cambio de material, la escultura de los tres monos sabios fabricada en serie a partir de un molde se ha convertido en una obra de arte exclusiva, única, de la que el escultor Benito Valladares se siente orgulloso.
La nueva fuente de los tres monos sabios se inauguró, como el resto del parque, el 27 de febrero de 2010. El resultado del conjunto, en mi opinión, no es muy acertado. La pequeña escultura de los monos queda empequeñecida por una base mucho mayor, más alta que la original y el doble de larga.
Una vez narrada la evolución de la fuente santurtziarra me gustaría realizar algunas precisiones sobre el origen y significado del asunto de los tres monos sabios y de la particular disposición que presenta la escultura santurtziarra.
El origen se encuentra en el santuario de Toshogu, situado en la localidad de Nikko al norte de Tokio. Alberga el mausoleo de Tokugawa Ieyasu, primer shogun Tokugawa. Al principio era un recinto modesto, pero el tercer shogun, nieto de Ieyasu, decidió ampliarlo y ornamentarlo de tal manera que en la actualidad el santuario sorprende por su ostentación y el color y brillo de sus tallas de madera y decoraciones, que mezclan imágenes budistas y sintoístas. Uno de esos relieves policromados tallados en madera tiene como motivo central a los tres monos sabios.
Si observamos la imagen con detenimiento veremos que el primer mono se tapa las orejas, el segundo la boca y el tercero los ojos. En la fuente del parque de Santurtzi, los monos se disponen de otra manera. El primero se tapa la boca, el segundo los ojos y el tercero las orejas.
Otra de las versiones de los tres monos sabios, el primer mono tiene tapada la boca, el segundo las orejas y el tercero los ojos. Esta disposición, en la que los monos interactuan entre si, no coincide ni con el relieve del santuario de Toshogu ni con la escultura santurtziarra.
Todas estas versiones tienen su correspondiente explicación, moraleja, o enseñanza de carácter filosófico, que se resumen en el castizo oir, ver y callar en el denominado triple filtro de Sócrates (verdad, bondad y utilidad), etc.
Pero también resulta interesante enfocar este motivo iconográfico desde otra perspectiva. Según la teoría de la comunicación, existen distintas formas de colocar a los tres monos pero todas ellas, excepto una, son situaciones de comunicación rota. Cada mono tiene dos virtudes y un defecto. Colocados en función de sus habilidades y discapacidades obtenemos un mono que ve, habla y escucha. Los monos juntos y bien organizados pueden alcanzar metas que no lograrían por separado.
La combinación correcta es la siguiente: primero el mono sordo, que ve y le explica al segundo lo que ve; el segundo es el mono ciego, que no necesita ver, pues solo necesita escuchar lo que le dice el primero y transmitírselo al tercero, que es el mono mudo, que no necesita hablar, sino solo escuchar, ver, decidir lo que mejor convenga y velar por su cumplimiento.
Finalmente, aunque en Japón es un motivo iconográfico muy abundante, en Europa no lo es. Solo he encontrado dos fuentes que incluyen a los tres monos sabios en su estructura. Una en Lausana (Suiza), la Fontaine aux singes, que es a la vez un reloj de sol, construida en 1934 en el parque de Denantou.
A diferencia de los modelos más difundidos, en esta fuente los tres monos sabios adoptan una postura significativamente diferente. El mono de la izquierda solo se tapa un ojo y el de la derecha una única oreja. Las leyendas inscritas debajo reinterpretan el significado de los tres monos sabios.
La otra fuente con los tres monos sabios la encontramos en la plaza del mercado de Halle (Alemania). En la siguiente imagen, a la derecha.
Dos imágenes de detalle nos permiten observar mejor a los tres monos sabios que salen de una maleta. No sé cual es su sentido.
[…] LA FUENTE DE LOS MONOS […]
Kaixo, Jon. Quería saber si puedo citar esta información para un relato que estoy escribiendo, mencionando, naturalmente, tu nombre. Un abrazo
Hola Antonio: Perdón por moderar este comentario tan tarde. Mi hermano falleció el 29 de mayo. En cuanto a tu pregunta, todo el blog está bajo licencia Creative Commons en el que puedes citar lo que quieras mencionando la autoría.
Un saludo.