Con la llegada de septiembre se anuncia el final del verano y de la temporada de baños de mar, una costumbre que se popularizó a mediados del siglo XIX. Santurtzi se convirtió en una pintoresca aldea que acogía a distinguidos veraneantes que disfrutaban del estío entre baños en Loliso y fiestas en sus mansiones edificadas sobre el acantilado.
En los felices años veinte comenzó a ponerse de moda tomar el sol pero para entonces el relleno había hecho casi desaparecer el arenal de Peñota, reducido a su mínima expresión. A finales de los años 50 sobre los restos de la antigua playa se construyeron las piscinas de Portugalete.
Sin embargo, casi al mismo tiempo y durante una década, más o menos, los santurtziarras pudieron disfrutar de una playa urbana, paralela a la calle Itsasalde, que comenzaba a ser denominada popularmente como calle del dólar. El relleno de la costa entre el puerto pesquero y el rompeolas se intensificó a partir de 1949. Y como consecuencia de las obras de construcción de los diferentes espigones se creó la playa con la arena dragada y acarreada en gánguiles. Y no sé si fue casualidad o no, pues desconozco su origen, pero a este arenal artificial se le denominó playa de Miami. También se la conocía con el nombre de playa del Higarillo. La siguiente imagen está datada en 1949.
Unos años después, ya comenzado el relleno y desde la perspectiva opuesta. Se pueden ver las vías del ferrocarril al puerto.
Una panorámica de 1950 desde el muelle de hierro de Portugalete:
A continuación una vista aérea de 1956 en la que se observa la playa en el centro de la imagen y una imagen actual para poder comparar:
Como la conclusión de las obras se demoró algunos años, los santurtziarras de entonces disfrutaron del arenal casi a pie de calle. Solo tenían que bajar por la campa La Llana, sortear las vías del tren y la carretera de acceso al puerto franco por el paso elevado de la plaza del ancla y listo. También tenía acceso junto a los antiguos bolintxes, donde los arrantzales guardaban aparejos y demás utensilios de pesca.
Hacia 1960, el desguace de embarcaciones comienza su actividad en la zona y sus desechos arruinan el entorno.
Así concluye la existencia de esta efímera playa que dejó muy buenos recuerdos entre los santurtziarras que la disfrutaron, como demuestran las siguientes imágenes, tomadas de la web santurtzi.biz:
Por último, me gustaría reiterar que esta playa tenía fecha de caducidad, que no nació con vocación de permanencia en el tiempo. No se trató de un precedente de la playa artificial en el puerto de Zierbena. Los santurtziarras del momento la disfrutaron mientras pudieron pero sabían de antemano que un día desaparecería enterrada bajo el hormigón de los muelles.
Tengo que agradecer a Nieves Blanco Arrizabalaga su colaboración para documentar esta entrada. Cualquier otra información será bien recibida.
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