El 15 de mayo de 1909 Casilda de la Quintana Murrieta, la propietaria de Villa Casilda, representada por Mariano Torrontegui, solicitó al Ayuntamiento de Santurtzi la pertinente licencia para la construcción de una casa doble al comienzo de la entonces denominada calle de Las Escuelas (actual Joxe Migel de Barandiaran). El proyecto fue redactado, y firmado el 5 de abril de ese mismo año, por el arquitecto Emiliano Pagazaurtundua.
El diseño responde a un estilo historicista y ecléctico similar al empleado en la casa consistorial, pero aún más ornamental. Pagazaurtundua proyectó una elegante casa de vecindad de planta baja, tres pisos principales y un cuarto abuhardillado bajo cubierta, que respondía a la elevada posición social de la comitente, miembro de una de las familias más acaudaladas de Santurtzi.
En lo compositivo, el alzado presentaba una ordenación equilibrada con tres cuerpos, el central de mayor anchura. Pagazaurtundua diseñó una fachada principal con una decoración abigarrada, casi barroca: ménsulas orejeras, frontones rectos y curvos, pilastras con relieves, bolas coronando la cornisa, jambas y dinteles ornamentales, aparejos diferenciados, etc. Las fachadas laterales, más sobrias, también presentaban numerosos elementos decorativos.
Como poco después de concluir la construcción, en uno de los bajos se instaló la farmacia de Ignacio Oraá, la casa comenzó a denominarse popularmente con el nombre de “la casa de la botica”. Más tarde se instaló una librería (Candi Elosegui), una mercería (Asun «Lacatos») y un zapatero en el interior del portal. También estuvo durante un tiempo la administración de loterías n.º1 de Santurtzi.
No he encontrado muchas fotografías antiguas de la casa de la botica.
En agosto de 1943 la casa sufrió un aparatoso incendio. A comienzos de los años ochenta del pasado siglo XX, se podía apreciar que este bello edificio no había envejecido bien. Tres imágenes de Cristóbal Mendizabal Moraza, realizadas poco tiempo antes de su demolición, permiten hacernos idea de las condiciones en que se encontraba.
De hecho, ya desde finales de 1974, los vecinos del inmueble solicitan reiteradamente al Ayuntamiento que incoara expediente de declaración de ruina. Sin embargo, habrá que esperar diez años para que se inicie el proceso para la demolición de la vieja casa de vecindad y la construcción en su lugar del actual edificio, según proyecto redactado por Juan Amesti Izaguirre. La licencia de obras para la construcción se concede en octubre de 1985.
Según me cuentan, el nuevo edificio debía respectar la estética del antiguo. A la vista está el resultado…
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