Ayer sábado, 21 de enero, se celebró una jornada de puertas abiertas en el ya centenario colegio Patronato Santa Eulalia. Y aprovechando que la puerta estaba abierta me di un concienzudo paseo por todo el colegio acompañado de Pedro Martín, antigua alumno que me iba relatando anécdotas de aquellos maravillosos y lejanos años. También me acompañó aunque, por desgracia, brevemente Marina Sesumaga. Además, tuvimos la suerte de ser guiados por la superiora del colegio, sor Pilar, que nos comentó interesantes detalles de la historia de la centenaria institución.
Hemos tenido la ocasión de ver fotografías antiguas, de la primera década de existencia del colegio.
Pero también un moderno colegio que ha sabido conservar, a pesar del paso del tiempo y las lógicas adaptaciones de las instalaciones a las nuevas necesidades educativas, algunos elementos originales muy interesantes.
Por ejemplo, en la galería a la que se accede por la puerta principal todavía podemos pisar el elegante suelo original de 1914.
En esa galería se exponen los retratos de Eulalio Arana, su esposa Aurora Vildosola y su cuñada Carmen Vildosola, benefactores y patronos de la institución. Lamento que las fotografías no tengan buena calidad.
En una de las aulas que se habilitaron donde antes estuvo el comedor de los alumnos internos se ha conservado, donde se ha podido, una buena muestra del alicatado original. Como muestra, la siguiente fotografía.
Sin duda, el elemento patrimonial más destacado es la capilla, neogótica, que conocía pero no recordaba. Está dedicada, evidentemente, a santa Eulalia.
Destacan las vidrieras que no están firmadas o, al menos, yo no he visto firma alguna. Nos han comentado que son las originales así que, probablemente, estén fabricadas en Bilbao por la misma empresa que realizó las de la casa consistorial, las de la iglesia de san Jorge, capilla del hospital San Juan de Dios, etc., realizadas todas ellas entre 1905 y 1925, que tuvimos el placer de conocer gracias a la visita guiada organizada por la Red de Bibliotecas de Santurtzi. Habría que confirmarlo con la documentación de la época, si es que se conserva.
Para terminar, dos fotografías. Una simpática imagen de mis acompañantes, Pedro y Marina, bajo un simpático dragón en una de las aulas de educación infantil.
Y un curioso mural fruto del aprendizaje por proyectos que los alumnos están desarrollando. En este caso, el denominado Castillo. Me ha encantado.
Recibe el nombre de Santa Eulalio en honor a Eulalio Arana.