Como he comentado anteriormente, en la entrada dedicada a los naufragios en el Abra, enero era un mes propenso a los naufragios en el proceloso mar Cantábrico debido a los frecuentes temporales y galernas y a los peligrosos arrecifes y bajíos que presentaba la escarpada costa vasca, cántabra, asturiana y gallega.
Rastreando Internet en busca de naufragios en el Abra he encontrado un siniestro sucedido en aguas de San Esteban (Muros de Nalón, Asturias) relacionado con Santurtzi. El vapor Retuerto naufragó 24 de enero de 1927, hace hoy 91 años, en el puerto de esa localidad asturiana. En el siniestro murieron dieciséis tripulantes.
El navío siniestrado había sido propiedad de la familia Urreiztieta. El capitán de la marina mercante Blas Joaquín Urreiztieta Eguia, padre del santurtziarra Lezo Urreiztieta Rekalde, navegó a principios del siglo XX a bordo de este buque antes de fundar en 1923 la naviera Sociedad Anónima Urreiztieta.
Blas Joaquín Urreiztieta nació en Bergara en febrero de 1880 y falleció en Santurtzi en 1933. Contrajo matrimonio en Santurtzi en febrero de 1903 con Eulalia Recalde Mendizábal, nacida en Santurtzi en marzo de 1882. Fue el hijo más conocido de este matrimonio Lezo Urreiztieta Rekalde, nacido en Santurtzi en octubre de 1907 y del que podemos leer una biografía escrita por Martín Ugalde.
Joaquín Urreiztieta, ejerció como capitán mercante hasta mediados de los años veinte del pasado siglo. Durante una travesía a Inglaterra a bordo del vapor Ramonita sufrió una hemiplejia [hay otra versión que ubica el suceso en un cine de Bristol mientras asistía a una proyección] y la parálisis le impidió volver a ponerse al timón.
Para entonces ya había fundado una sociedad con los armadores José Rubiera y Mateo Olaso. Entre sus buques se encontraba el Retuerto, un vapor de 248 pies de eslora y 32 de manga botado en abril de 1877 en los astilleros William Gray and Company de West Hartlepool y bautizado con el nombre de Pierremont. En 1899 fue comprado en Hernösand (Suecia) y rebautizado como Antwerpen. En 1912 fue adquirido por el armador Ghirardi, que lo llamó Ugo, hasta que, cuatro años más tarde, se trasladó a Barcelona, donde sirvió a la S. A. Naviera Española con el nombre de Lérida. Luego se llamó Ybai Luze, Iturri Luze y, finalmente, Retuerto, en 1923. El vapor surcó el mar Mediterráneo, el Negro, el Océano Atlántico y el Mar del Norte hasta que, durante su última etapa, cuando ya rondaba el medio siglo de historia, se dedicaba a cubrir la ruta entre Bilbao y la ría del Nalón.
La del 24 de enero de 1927 fue la segunda tragedia sufrida por el vapor. El 16 de diciembre de 1898 colisionó con otra embarcación al sur de Inglaterra. Aquel primer percance solo le provocó una vía de agua y pudo volver a la mar. El segundo y fatal accidente sucedió en la peligrosa barra de San Esteban, en la desembocadura del río Nalón. El barco estaba amarrado en el puerto de Avilés y por motivos desconocidos, puesto que el mar no estaba para navegar, salió a cargar carbón a San Esteban. Intentó entrar a puerto tres veces hasta que se partió por la mitad. Solo cinco de sus 19 tripulantes se salvaron.
En febrero de 2009, el diario La Nueva España recuperó la historia de la tragedia después de ocho décadas en el olvido. El naufragio tan sólo era recordado por unas pocas personas mientras la crónica de lo sucedido permanecía relegada en las hemerotecas. La mañana del 24 de enero de 1927, el Retuerto ya llevaba amarrado dos días en el puerto de Avilés a la espera de que amainase el temporal. Su capitán, Eduardo Urain, decidió reemprender la marcha en torno al mediodía, a pesar de las condiciones adversas. Al parecer, el marino tomó esta decisión tras ser presionado por el consignatario del buque, Cristóbal Méndez Vigo quien, supuestamente, quería evitar perjuicios económicos. Los prácticos del puerto murense enviaron un telegrama para evitar que el vapor se hiciese a la mar. Sin embargo, llegó media hora tarde.
En torno a las dos de la tarde, el Retuerto fue avistado por el vigía del puerto. A las cinco enfiló la bocana de la ría pero, tras varias maniobras infructuosas, cerró el timón a estribor y recibió de costado un golpe de mar que lo arrastró sobre el bajo del Cáncamo, en las proximidades de la playa del Garruncho, en donde quedó varado.
Conscientes de lo que estaba sucediendo, los tripulantes se agolparon en la cubierta mientras el capitán dirigía las labores de rescate. Desde tierra, numerosas personas contemplaban horrorizadas la escena. Un nuevo golpe de mar partió su casco por la mitad y precipitó el fatal desenlace a tan solo cuarenta metros de la orilla. El palo mayor cayó matando al fogonero e inutilizando uno de los botes salvavidas.
El personal de la Junta de Salvamento intentó prestar ayuda con un cañón lanzacabos, pero las cuerdas eran cortas y se rompían. El contramaestre, Diego Santiago Gallego, y el marmitón, José Lequerica, consiguieron echar un bote al agua y alejarse de la costa. El vapor Arnao, perteneciente a la Real Compañía Asturiana, acudió en su auxilio salvándoles la vida dos horas después. Mientras, Jovino López, natural de San Esteban, se lanzó al agua y logró rescatar al marinero Edelmiro Lago Santiago.
Los demás tripulantes perdieron la vida. Once de las víctimas eran solteros. Al día siguiente, varios vecinos pudieron observar como la mascota del barco, una perra llamada Tula permanecía con vida sobre unas rocas. Durante los días posteriores se celebraron diversos funerales y actos de duelo. Al mismo tiempo, se instruyó un expediente de recompensa a los tripulantes del Arnao. Mientras, el gobernador civil insinuó que la gravedad de lo sucedido se habría paliado si el personal de la Junta Local de Salvamento hubiera estado mejor entrenado.
Los diarios de la época dejaron de publicar información sobre el Retuerto a mediados de febrero. En sus informaciones, señalan que tan sólo fueron recuperados y recibir sepultura los cuerpos del palero, Belarmino Corés, cuyo cadáver fue encontrado a principios de febrero en Salinas; del segundo maquinista, León Santolaya, que apareció poco después cerca de la peña de La Guardada, y un cuerpo sin identificar.
Los fallecidos en el naufragio, entre los que hay uno de Santurtzi, fueron los siguientes:
Eduardo Urain Beristain, capitán, 45 años (bautismo, 15-10-1882), Portugalete [más información en El Mareometro];
Luis Trigueros López, primer oficial, 24 años (1903), Barakaldo;
Manuel Algorri San Martín (padre de José Luis y Manuel Santiago, dos de los tripulantes del Montserrat), maquinista, 54 años (bautismo, 23-05-1873), Santurtzi;
León Santolaya [Santa Olalla] Uranga, maquinista, 48 años (bautismo, 13-04-1879), Barakaldo;
José Sánchez Riveiro, carpintero, 29 años, A Pobra do Caramiñal;
José Arufe, marinero, 36 años, Noya;
Manuel Ferrer Fernández, marinero, 36 años, Bueu;
José Manuel Fernández, marinero, 22 años, Luarca;
Andrés González Pérez, calderero, 30 años, Palmeira;
Manuel Lorenzo Fraga, fogonero, 25 años, Serantes;
Santiago Martínez Lago, fogonero, 19 años, Muros de Noya;
José Benito Ucha Villanueva, fogonero, 19 años, Pontevedra;
Belarmino Corés Ríos, palero, 25 años, Isla de Arosa;
Cándido Ucha Villanueva, palero, 18 años, Pontevedra;
Luciano Urrutia Garaizar, cocinero, 38, Barrika;
Paulino López, camarero, 20 años, Cudillero.
Tres años después de la tragedia, el periódico madrileño La Libertad criticaba la ineficacia de las autoridades en casos como el del naufragio del Retuerto. Las viudas y huérfanos de los tripulantes fallecidos seguían sin pensión y sin montepío.
En el aparcamiento anexo a la playa de Los Quebrantos (San Juan de la Arena, Soto del Barco) reposa el ancla del Retuerto desde hace unos veinte años, corroída por el paso del tiempo y despojada de toda identidad.
[…] 24 de enero de 1927: naufragio del vapor Retuerto. […]
[…] nacido el 25 de agosto de 1911. Hijo de Manuel Algorri San Martín (nacido en Santurtzi en 1873 y fallecido en 1927 en un naufragio) y Mercedes Villanueva García (nacida en Portugalete en 1883). Constructor y técnico naval. Hasta […]
[…] perdidas en otros mares relacionadas de algún modo con Santurtzi. En enero comencé con el Retuerto, naufragado en San Esteban (Muros de Nalón, Asturias) en 1927. Y hoy toca hablar del naufragio del […]
Enhorabuena por el artículo. Es motivo de alegría el ver como poco a poco surge más información referente al Retuerto y a sus tripulantes. Desconocía por completo la historia del Montserrat y la figura de Lezo Urreiztieta. Desde 2008 investigo este naufragio. Comparto un enlace a un artículo que publiqué recientemente y que completa a los dos que había publicado previamente en La Nueva España: http://www.academia.edu/35919872/La_tragedia_del_Retuerto
[…] 9 de mayo de 1981: fallece Lezo Urreiztieta Rekalde. De su familia hemos tratado en la entrada dedicada al naufragio del vapor Retuerto. […]
[…] político Lezo Urreiztieta, de cuyos antecedentes familiares he tratado en la entrada dedicada al naufragio del Retuerto. Se exilió en Francia durante la Guerra Civil y de ahí a la República Dominicana a donde llego […]
¡Hola! Acabo de dar con esta página casi por casualidad, buscando más cosas del vapor Retuerto. Decirte que mi tatarabuelo, José Rubiera, era uno de los socios de la Naviera Rontegui, y mi tía abuela, Filomena Vega Rubiera, era la esposa del capitán Eduardo Urain. El padre de éste, Francisco, trabajó en el puerto de Santurtzi.
La perra Tula, una pastor alemán que siempre viajaba con el capitán y su mujer, también se salvó. Fue adoptada por un pescador y su familia dias después, y comentarion que les costó mucho que Tula dejara de ir al puerto esperando tal vez encontrar aún a su amo. Mi tía no lo superó ni con el paso del tiempo, falleciendo 25 años después, a pocos días del aniversario de la muerte de su marido.
Espero que te haya servido de algo, este poquito de información.
Saludos,
Ana Vega