Según el santoral, el 27 de noviembre se recuerda al patrono de la escuela primaria, san José de Calasanz, que fue sacerdote, pedagogo y precursor de la educación moderna a través de la primera escuela cristiana popular y gratuita en Europa. Aprovecho la efemérides para publicar una entrada vinculada con el tema.

Hace un par de años, el periódico ensanturtzi.com incluyó en la sección Santurtzi ezagutu una breve reseña sobre las escuelas viejas en donde comentaba que hubo que esperar hasta 1878 para que en Santurtzi se construyese, o reformase, un edificio específicamente destinado a escuelas públicas. Sin embargo, hay que retroceder unos 25 años en el tiempo para precisar mejor el tema en cuestión.

Según se cuenta, entre 1827 y 1851 las aulas se ubicaban en la casa consistorial, inaugurada precisamente en 1827, y compartían el espacio con otras tareas y funciones derivadas de la gestión municipal. También se dice que durante un tiempo se utilizó un gran caserón ubicado en la calle Mayor, actual Sabino Arana.

En noviembre de 1840 se publica un anuncio ofreciendo un puesto de maestro de instrucción primaria para una escuela privada patrocinada por un grupo de particulares del municipio.

En 1846 y 1847, según la documentación conservada en el Archivo Municipal, el maestro era Francisco del Castillo.

En 1851, la Junta Inspectora de Enseñanza de Primeras Letras de Santurce sugiere al Ayuntamiento la necesidad de aumentar los arbitrios municipales con el fin de costear la enseñanza en la nueva escuela de la localidad, a cargo del maestro José García.

En 1851 el Ayuntamiento vio llegada la hora de habilitar un edificio reservado únicamente a escuela. Cerca de la casa consistorial se erigía un edificio, el del beaterio de la Merced, cuya actividad había cesado tras las leyes exclaustradoras y desamortizadoras de 1835-1837. Ya solo lo habitaba una única beata ya muy mayor y era previsible que en breve quedara sin residente y sin uso. De hecho, los enseres de la institución, retablo, imágenes, cuadros, etc. ya se habían trasladado un año antes a la iglesia de San Jorge.

Así pues, el Ayuntamiento inició las gestiones administrativas necesarias para la ejecución de las obras de modificación de la distribución interior y exterior del edificio que había servido como beaterio con objeto de habilitar por una parte una sala para celebrar las reuniones de la corporación municipal, con archivo y cárcel y, por otra, una escuela que incluía la vivienda del maestro.

El proyecto fue firmado el 11 de marzo de 1851 por el maestro de obras Juan José de Berriozabal Urquiaga (Bilbao, 1817 – Portugalete, 1851), hijo del maestro de obras Francisco de Berriozabal Berrio y padre del también maestro de obras Francisco de Berriozabal Garmendia (Portugalete, 1848 – Bilbao, 1928), con abundante obra en Santurtzi y al que mencionaré más adelante. Se adjudicó la obra al contratista Matías González en el precio de doce mil reales.

El antiguo beaterio constaba de bajo, primera planta y desván y parecía adecuado para habilitarlo como escuela. Los amplios terrenos de la huerta anexa al beaterio eran propiedad de la parroquia, así que es probable que el edificio también. Consta que el Ayuntamiento del Concejo de Santurce adquirió mediante compraventa los terrenos y, probablemente, también el edificio, aunque esto último no aparece reflejado en los libros de cuentas de la parroquia.

En el proyecto, fechado en marzo, se respetaba la permanencia de la única beata que habitaba en el edificio y en las obras de reforma se reservaron dos huecos para sus habitaciones. Ahora sabemos que la beata falleció en diciembre de ese mismo año, así que seguramente no conoció la reforma.

La adecuación del edificio al nuevo destino previsto incluyó la elevación de la altura de la primera planta y la modificación del tejado, así como la apertura de nuevos vanos.

Se tiraron todos los tabiques interiores y se procedió a una división del espacio más acorde con las nuevas funciones. Podemos ver la nueva distribución en el plano incluido en el proyecto.

La planta baja se reformó por completo. Se suprimió la capilla y el coro del antiguo beaterio. En ella se instalaron una sala para celebrar los plenos (2), el archivo (3), prisión (9), peso y alhóndiga (7) y un depósito (8). Completaban la planta una cocina (10) y dos piezas alcobas (11 y 12). El acceso al edificio se realizaría por una puerta situada en la fachada que miraba al mar (1) para la que se había reutilizado la piedra sillar de la antigua puerta de la capilla, mientras que otra puerta en la fachada posterior daba acceso a la amplia huerta propiedad del beaterio.

Las instalaciones escolares (aula y vivienda del maestro) ocupaban la primera planta del edificio, según el proyecto. A la única aula escolar, la estancia más amplia de la planta (2) se accedía desde un distribuidor (1) que también daba paso al aseo de los niños (3), a la escalera de acceso al desván (10) y a las habitaciones (11 y 12) en principio reservadas para la última beata y que después se destinarán a vivienda del maestro.

Resulta extraño que se destine toda la planta baja a oficinas municipales cuando tan solo veinticinco años antes se había edificado e inaugurado la primera casa consistorial del Concejo de Santurce en el mismo lugar en que hoy se levanta el actual.

En una carta fechada en Londres en marzo de 1852, Cristóbal Murrieta agradece al Ayuntamiento del Concejo de Santurce por inscribir su nombre en el salón de sesiones y en el aula-escuela de la casa consistorial. Así pues, antes de fundar una escuela de náutica y el colegio de las Hijas de la Cruz, también apoyó la escuela municipal.

Para 1870 esta escuela, al parecer, se queda pequeña. La comisión municipal constituida por Remigio Angoitia, Nicolás Santulari, Juan Villar y el maestro Luis Iza Aguirre aconseja ampliar la escuela, aprovechando los locales que sirven de vivienda al maestro. La última guerra carlista retrasa abordar el asunto hasta 1877. Lo cierto es que en los siguientes cinco años el Ayuntamiento del Concejo de Santurce invierte en educación: se construyen escuelas en Santurtzi y en Nocedal (1878) y en Ortuella (1883).

En 1877 se inicia el procedimiento para sacar a pública subasta las obras de reforma de la escuela de Santurtzi. El proyecto, que incluye las condiciones facultativas, presupuesto y coste de las obras, es realizado por el maestro de obras Francisco Berriozabal Garmendia en mayo de 1877.  Se adjudica en julio de 1877 al contratista José Meléndez García vecino del concejo de San Pedro de Abanto, por la cantidad de 14.352,41 pesetas.


Se celebró una pomposa inauguración de la Escuela de Niños de Santurce el 2 de febrero de 1878. El 6 de enero anterior se había inaugurado la de Nocedal.

En 1893 la escuela se somete a una nueva reforma, se le añade un mirador. El Ayuntamiento de Santurce inicia el procedimiento correspondiente para sacar a pública subasta las obras. El proyecto es firmado por el maestro de obras Manuel Otaduy en Bilbao, en abril de 1893. Se adjudica el remate de las obras al contratista Manuel Garmendia por un importe de 1.499 pesetas.

En marzo de 1936 el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes aprueba la solicitud del Consejo local de Primera enseñanza de Santurtzi para que las cuatro escuelas unitarias de niños que vienen funcionando en el mismo edificio se transformen oficialmente en una Escuela nacional graduada con cuatro secciones, que de hecho ya lo eran, que se denominarán en lo sucesivo escuelas de Fermín Reparaz, maestro que dejó una importante huella en nuestro municipio.

El antiguo edificio se derribó a comienzo de los años 70 para dar paso al edificio actual. Siguió siendo un colegio de educación general básica hasta 1997. En 2001 se aprovecha que el edificio ha quedado sin uso para ubicar la sala Kresala, el euskaltegi municipal y en 2009, tras las últimas reformas para añadir una planta más, la escuela de idiomas.

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