Exvotos de Encartaciones

Hoy, domingo 10 de enero, se ha celebrado la esperada conferencia sobre exvotos marinos de las Encartaciones impartida por el historiador marítimo y escritor Xabier Armendariz en el Museo de las Encartaciones. Ha consistido en un rápido resumen de la investigación que le ha ocupado los últimos años, el estudio de las creencias y las supersticiones de las gentes del mar a través de los exvotos y ofrendas marineras, que verá la luz este mismo año con la edición de un libro y una exposición que se organizará en Bilbao.

Pero pasa saber más, recomiendo la lectura de los siguientes artículos de Xabier Armendariz:

La conferencia ha consistido en un interesante recorrido por la historia marítima vasca y un viaje al pasado de la mano de los cuadros y maquetas de barcos fabricados, a veces, por los mismos marinos que los tripularon, que ha tenido varias paradas virtuales, entre otras, en la iglesia de Santa Isabel del barrio de La Herrera, en Zalla, en la ermita de Nuestra Señora del Socorro en Pobeña (toda ella un exvoto), en la ermita de Santa Águeda en Barakaldo, en la iglesia de Nuestra Señora Virgen del Puerto en Zierbena y, finalmente, una visita guiada in situ a la iglesia, antes ermita y casi santuario de la Virgen del Mar de Mamariga.

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El estudio de los exvotos marinos nos proporciona información sobre muy diferentes disciplinas: Historia, Etnografía, Arqueología marina, Religión, Arte y Arquitectura naval, fundamentalmente. Ha remarcado varios datos interesantes. El primero de ellos es aclarar que, sorprendentemente, la Virgen del Carmen, la stella maris, no es tradicionalmente el referente, la advocación a la que las gentes del mar se encomendaban, tan solo desde que, por Real Orden de 19 de abril de 1901, se proclamó Patrona de la Marina de Guerra a la Santísima Virgen del Carmen.

Además, ha comentado que es curioso, desde el punto de vista simbólico, que los santos a los que las gentes del mar se encomendaban no fueran los denominados santos pescadores (san Pedro, san Andrés, etc.) sino otros, los denominados santos intercesores (san Nicolás de Bari o de Myra, santa Catalina, san Telmo, santa Eulalia, etc.). Por cierto, esta santa Eulalia, a la que inicialmente estaba consagrada la ermita de Mamariga no es la misma santa que da nombre al Patronato Santa Eulalia. Se trata de dos personajes diferentes, la santa marinera es Santa Eulalia u Olalla de Barcelona, canonizada en el año 633.

Finalmente ha hecho hincapié en que el Concilio Vaticano II (1962-1965) tuvo una consecuencia bastante negativa en cuanto al tema que nos ocupa. Desterró los exvotos de los templos católicos por considerarlos un mal ejemplo, cosa de supersticiones y, en, consecuencia solo se han salvado una mínima parte de los muchísimos de los exvotos que se habían conservado durante siglos.

De todos los elementos mostrados en la conferencia ha destacado, para Santurtzi, una estupenda recreación a escala de la fragata denominada “Bilbaína”, procedente de la iglesia de Santa Isabel de La Herrera (Zalla). Esta fragata está documentada en el año 1815, siendo su capitán Antonio del Casal, probablemente natural de Santurtzi.

Fragata Bilbaína

También es muy interesante para la historia de la iglesia de la Virgen del Mar de Mamariga un exvoto pictórico ofrecido por un Manuel Calvo a finales del siglo XVIII a la ermita de Nuestra Señora Virgen del Puerto en Zierbena. Xabier Armendariz amablemente me ha proporcionado una imagen del cuadro, de la cual es el autor:

Cuadro barco Zierbena

Gracias a la colaboración de Luis María Arriola Ontoria “Piloto” sabemos que otro Manuel Calvo, residente en Santurtzi, fue el oferente del exvoto que cuelga del techo de la iglesia de la Virgen del Mar de Mamariga: una fragata de 8 cañones que, por tipología de la popa y otros detalles se puede datar entre 1750 y 1805 y que, por esta razón, puede ser la misma que se ve reproducida en el cuadro de Zierbena. Xabier nos ha mostrado fotografías de detalle en las que se puede ver, en la popa de la embarcación la imagen de una virgen. Cuando el exvoto se descuelgue próximamente se podrá identificar la advocación.

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En Mamariga, además podemos admirar lo que Xabier Armendariz ha denominado falso exvoto: un cuadro que imita las características clásicas de un exvoto pictórico pero que, en su opinión, no lo es sino que se hizo para decorar la ermita tras su reconstrucción a principios del siglo XX. La rápida visita no ha permitido que se explaye sobre el tema pero posteriormente me ha comentado que, cito palabras textuales: «Creo que no es un exvoto, en sentido estricto, me  inclino a pensar que es un cuadro ilustrativo de los milagros y la protección que la Virgen del Mar de Mamariga ofrece a sus devotos marineros. Si un día cuento con más información quizás pueda aclarar este asunto, pero es notorio que la fecha de su elaboración coincida con la re-inauguración del nuevo templo remodelado«. Sin embargo, ha proporcionado un dato muy interesante. El cuadro está firmado y fechado: C. Ruiz, 1906. Ha comentado que desconoce toda referencia del autor.

Cuadro de Celestino Ruiz

Pero, casualidades de la vida, yo sí conozco al pintor, aunque desconocía que este cuadro fuese obra suya. Espero que esta primicia le sirva:

Acisclo Celestino Ruiz Muñoa, hijo de Manuel  Ruiz González y Manuela Muñoa Bañales, nació en Santurtzi en 1880. En 1898 su padre solicitaba al Ayuntamiento de Santurtzi una ayuda económica para que su hijo pudiera continuar sus estudios de pintura, que ya estaba realizando, en Bilbao. En 1905, el Ayuntamiento aprueba una cuenta de 500 pta. a favor de Celestino Ruiz Muñoa, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Sestao, por retocar los cuadros y marcos de Luciano y Cristóbal Murrieta, que todavía hoy se pueden admirar en el salón de plenos de la Casa Consistorial. Celestino Ruiz falleció en Santurtzi en 1927.

Pero la visita guiada no solo le ha sido útil a Xabier. Yo también he aprendido mucho y he hecho un descubrimiento. Aunque muchos en Mamariga lo sabían, yo desconocía que el Cristo Crucificado que se encuentra a la derecha del presbiterio, pertenecía inicialmente a la capilla del chalet Mac-Lennan. ¡No podía concluir mejor la visita!

Cristo de Mac-Lennan