Hoy, domingo 17 de junio de 2012, se cumple el 89 aniversario de la inauguración del monumento erigido principalmente para perpetuar el recuerdo de Cristóbal de Murrieta y Mello y, secundariamente, de su socio Luciano de Murrieta Ortiz. Por eso voy a dedicar esta entrada a comentar algunos aspectos curiosos acerca de su gestación y de su evolución posterior.

En otoño de 1918 el Ayuntamiento de Santurtzi decide erigir un monumento escultórico a la memoria de nuestro prócer y filántropo local, que posibilitó en el tercer cuarto del siglo XIX, la financiación de la construcción de la carretera que comunicaría Santurtzi con Portugalete, la actual avenida Cristóbal Murrieta, la incorporación del barrio de La Chicharra a nuestro municipio (hasta entonces formaba parte del término municipal de Portugalete) y la constitución de dos fundaciones benéfico-culturales: la Escuela de Náutica y el Colegio de las Hijas de la Cruz.

Por todo ello, el Ayuntamiento le cree merecedor de este homenaje e inicia el proceso de financiación de la obra mediante suscripción pública y privada. Al mismo tiempo, se elaboraron las bases del concurso público para la erección del monumento. Entre las condiciones impuestas, que debe figurar en un relieve Luciano de Murrieta  (al que se refieren como socio y colaborador, sin añadir ningún tipo de filiación), que el artista debe haber nacido en Bizkaia y que el coste no podrá exceder de 26.000 pesetas.

Se presentaron cinco proyectos. En 1920 se adjudicó el proyecto al ganador del concurso, el escultor Miguel García de Salazar (1877-1959), que contó con la colaboración de un ayudante, Manuel Moreno San Román (1891-1969) para su realización.

proyecto-monumento-murrieta

Tras diversos avatares, la obra estuvo concluida entre finales de 1922 y principios de 1923. Enseguida comenzaron los diversos preparativos para proceder a la inauguración oficial del esperado monumento, que tuvo lugar el domingo 17 de junio de 1923 a las 11 horas con una solemne ceremonia, aunque se celebraron diversos actos festivos desde la tarde del viernes anterior.

El monumento resume la labor filantrópica de Cristobal de Murrieta y Mello. El artista diseño una romántica escenografía. Sobre un irregular bloque de piedra arenisca que pretende ser un tronco de árbol se levanta la figura sedente del homenajeado, arropado por la figura alegórica de un ángel con las alas desplegadas. Las dos figuras se esculpieron en piedra de Murcia (como la empleada en el monumento dedicado a Alfonso XII en El Retiro). El resto de las esculturas que se ubican en las oquedades del pedestal fueron fundidas en bronce: a la derecha, la figura de un marino, y la izquierda, la de una monja sentada acompañada de dos niñas, que nos recuerdan las principales obras benéficas instituidas por el homenajeado, ya citadas antes, la Escuela de Náutica y el Colegio de las Hijas de la Cruz.

Detrás del pedestal, un relieve circular, también en bronce, dedicada a la memoria de Luciano de Murrieta, socio de Cristóbal pero, como ya he comentado en la entrada dedicada a la genealogía de éste último, con el cual no tenía lazos familiares, al contrario de lo que se puede leer en la variada bibliografía dedicada tanto a Santurtzi como a Luciano Murrieta, I marqués de Murrieta. Y es curioso, porque la famosa sardinera Sotera, en una de sus no menos famosas coplas, en el mismo momento de la inauguración del monumento, lo deja bien claro:

Don Cristóbal de Santurce,

Don Luciano de Sopuerta,

estos fieles amigos

se apellidaban Murrieta.

 Desde Madrid ha venido

Villalba, que es gentilhombre,

le ha mandado nuestro Rey

que se presente en su nombre.

También ha estado presente

junto a nuestro Don Jenaro

el Obispo Don Mateo

que dicen que es guipuzcoano.

Todos éstos y otros más

han visto con emoción

del monumento a Cristóbal

la bella inauguración.

 Su hijo, aunque muy anciano,

también lo quería ver.

De su casa la familia

no le ha dejado mover.

De Londres hasta Santurce

es un viaje muy pesado

y con toda la razón

la voluntad le han quitado.

 Gracias damos al Obispo

y a todo el que aquí ha venido.

Los santurzanos estamos

a todos muy agradecidos.

He conseguido acceso a las escrituras originales (publicadas en Bilbao en 1867) por las que Cristóbal de Murrieta establece la fundación de una escuela de niñas en Santurtzi. Después de leerlas detenidamente, se deduce que Luciano, el segundo personaje secundariamente homenajeado en el monumento a Cristobal de Murrieta, frente a la Casa Consistorial, no es Luciano de Murrieta, I marqués de Murrieta, sino su padre y socio de Cristobal, Francisco Luciano de Murrieta y Ortiz (Mercadillo, Sopuerta 1794 – 1856), del cual hay un par de retratos al oleo en el Salón de Plenos, aunque erróneamente identificados (se le denomina Francisco Luciano de Murrieta y Mello, como si fuera hermano de Cristóbal).

Según las diversas reseñas  publicadas en la prensa del momento, la ceremonia de inauguración, incluida una misa de campaña en el parque, oficiada por el obispo del Burgo de Osma, fue verdaderamente multitudinaria, acudiendo cerca de 30.000 personas a un municipio que en ese momento tenía censados unos 6.000 habitantes.

A continuación una fotos correspondientes al día de la inauguración que me ha facilitado amablemente J. Carlos Beltrán de Heredia Sálces, administrador de la web Santurtzi Argazkiak Fotos. La cuarta está publicada al revés en la obra de J. Victor Arroyo «Historia de Santurtzi: el difícil equilibrio del siglo XX», pág. 38., en donde, sin embargo, se detalla paso a paso el programa de actos que me ha servido para ordenar cronológicamente las fotografías.

En la fotografía que comento, si se publica correctamente, como es el caso aquí, si os fijáis, a la derecha de la tribuna se puede leer perfectamente el letrero de un comercio sobradamente conocido en el pueblo (Félix Lafuente):

Unas fotos del monumento unos años después:

 

Y finalmente, una foto en color, correspondientes a finales de los años 70 y primeros de los 80:

El paso del tiempo hizo mella en el monumento, sobre todo en las figuras del homenajeado y el ángel. A principios de los años noventa del pasado siglo, el Ayuntamiento acometió la tarea de restaurar el monumento. El mal estado de conservación aconsejó retirar las figuras principales y sustituirlas por otras, realizadas por el escultor Luis Iñíguez Paillole (1935-1995), que introdujo cambios sustanciales en las mismas, de forma que adquieren un carácter mucho más rígido y severo que las realizadas por Miguel García de Salazar. Parafraseando a F. X. Cabellos: «… un ángel ampara, acoge y orienta a un D. Cristóbal sedente en un sillón ceremonial. No es el original; aquél extendía sus alas en atrevida parábola como queriendo abarcar todo el municipio. Visible en las fotografías de la época, daba gracia y movimiento a todo el conjunto. Casi era una gaviota en pleno vuelo. El que hoy se ve es hierático, pasivo, soso, desangelado, con las alas plegadas, como arrancado de algún panteón con pretensiones«. No se podía haber dicho mejor.

Las figuras originales se conservaban hace años en unos almacenes municipales. No sería mala idea, si todavía existen, ubicarlas para su exhibición pública en algún lugar adecuado.

A continuación unas fotos correspondientes al monumento actual, realizadas por José Antonio Seoane, un santurtziarra de cuyos documentales audiovisuales hemos hablado en este blog en varias ocasiones:

 

Y un detalle del relieve dedicado a Luciano de Murrieta. Observad el parecido con el retrato al oleo que he incluido antes:

Adenda [julio 2019]:

Durante la primera mitad de 2019 se procedió a reformar la pileta, el estanque que rodea al monumento, asi como a limpiar la base de piedra y las esculturas de bronce. Las obras acaban en junio y se puede considerar inaugurado el viernes 12 de julio, al comienzo de las fiestas patronales.