El Country Club, de cuya inauguración hoy se cumplen exactamente 50 años, fue no solo la primera sala de fiestas de Santurtzi sino de toda la Margen Izquierda y uno de los locales hosteleros más grandes de la época. Como era habitual en aquellos años la ceremonia de apertura el viernes 17 de marzo de 1967 incluyó una bendición religiosa.

El promotor de esta pionera sala de fiestas, que en origen se iba a llamar Jolastoki aunque acabó siendo el Country Club, fue Estanislao Ángel Barquín Arteche. Con esos apellidos uno puede suponer que nació en Zierbena y es cierto, exactamente en 1906. Falleció en Santurtzi en 1981.

Trabajó de maestro de albañiles en AHV y también en la construcción del embalse de Blasco Ibáñez o Benagéber sobre el río Turia,  en Valencia, entre 1943 y 1947. A continuación, durante unos años, entre 1947 y 1954 trabajó en Venezuela. A su regreso, con el capital que había conseguido ahorrar allí, empezó a construir, primero en Portugalete, en la calle Ruperto Medina, y después en Santurtzi: en la plaza Juan José Mendizabal, en la zona de la Txitxarra (Jenaro Oraá, Juan José de la Quintana, Santa Eulalia) y en la calle Itsasalde (todos los edificios entre los núm. 8 y 16).

Hacia 1965, en una época en la que todavía estaban muy activos los chicharrillos populares, asociado con Galo Salinas Navarro, se le ocurrió una idea novedosa: montar la primera sala de fiestas de toda la margen izquierda. Se construyó en un espacio medio abandonado, un gallinero, en la parte zaguera de la “casa del hotel”, casa de vecindad que se edificó en el núm. 34 de la actual calle Itsasalde, entonces llamada Capitán Mendizábal, destinada en origen a acoger un establecimiento hotelero.

En los bajos de ese edificio había por aquel entonces un bar, El Peñón, regentado por Santiago Beltrán y sus hijos, Santiago y Pepe. Este local se incorporó a la sala de fiestas.

El Country Club tenía tres plantas, dos de acceso público y uno reservado al personal. En la planta baja se ubicaba la sala de fiestas, en el piso inferior el restaurante (que en 1970 se sustituye por una segunda sala de fiestas) y en el superior, el dedicado a oficina, lavandería, depósito de aguas, etc. Como curiosidad el menaje (cristalería, cubertería, etc.) con el que se inauguró la sala de fiestas procedía del barco-hotel Imperial Bahama, retirado en 1965. También se aprovechó para la decoración del acceso a la sala de fiestas un mural de roble americano de la misma procedencia.

Durante los tres años en que el restaurante estuvo activo se celebraron numerosas bodas. Los menús eran, según dicen, de categoría, no aptos para todos los bolsillos pues algunos costaban hasta 500 pesetas.

Las vistas desde el restaurante eran diferentes a las actuales. Justo enfrente atracaba el Patricia, ferry que hacía la ruta Santurtzi-Southampton, y que este año, en abril, también celebra su aniversario.

En cuanto al personal fijo, la plantilla era bastante amplia. Podemos citar al portero, Lorenzo Esteban Flores; la taquillera, Rosa María Ezama Muñoz; el guardarropa; los dos barman; los tres camareros, Lucio Pérez Picado, Juan Ángel Tobar, Fernando García Cartón; y el jefe de sala, Tomás García Hermoso. También trabajó un excelente cocinero mientras estuvo abierto el restaurante, Félix Diez Peña, que después trabajó en El Txinbito (Portugalete), en el Landeta (junto al rompeolas) y en el Nervión (Portugalete). Tampoco podemos olvidarnos del personal de limpieza (tres personas).  Y por supuesto el disc-jockey y la orquesta de la casa, compuesta por cinco intérpretes (pianista, saxo, trompeta, batería y, en ocasiones, contrabajo).

Además de la citada orquesta, numerosos grupos musicales y populares artistas de la década de los setenta actuaron en el Country Club. En aquellos años, para poder actuar en clubs era preciso sacar, previo examen, el carné del Sindicato de Teatro, Circo y Variedades. Una vez superado ese escollo, el grupo Los Tañidores inauguró el Country Club, donde actuaron a diario durante dos semanas, según nos cuentan en el blog Memorias de Getxo.

Podemos citar además otros artistas que ofrecieron su espectáculo en el local como, por ejemplo, el actor y humorista Cassen o el más conocido José Luis Moreno. Solían actuar durante diez días seguidos.

El local abría todos los días de la semana excepto los lunes aunque, como es lógico suponer, los días fuertes eran los jueves, viernes, sábados (dos sesiones, tarde y noche) y los domingos. El aforo de un domingo cualquiera podía alcanzar las 1.200 personas. En alguna ocasión excepcional se superaron las 1.800.  El horario de apertura habitual era de 19:00 a 22:00 h y de 23:00 a 02:30 de martes a viernes.  Los sábados se cerraba una hora más tarde. Los domingos abría de 18:00 a 22:00 h.

Un año más tarde, Galo Salinas Navarro inauguró el Galo’s y poco después abrieron muchos más establecimientos hosteleros, pubs y salas de fiesta, que crearon en Santurtzi una importante zona de ocio conocida en todo el entorno. La entonces calle Capitán Mendizábal se trasformó en la calle del dólar.

A finales de los años 90 del pasado siglo los hábitos cambiaron y el Country Club cerró sus puertas, como las otras grandes salas de fiestas Galo’s y Aloha, y el tramo final de la otrora populosa calle del dólar fue paulatinamente languideciendo hasta la actualidad. El edificio en el que se ubicaba el Country Club fue vendido por sus propietarios en 2000 y en su lugar fue edificada una casa de vecindad.

Tengo que agradecer a Juan Ángel Barquín Palacios su imprescindible colaboración (información y fotografías) para la realización de esta entrada.