Hola, Jon:

Aquí estamos, justo dos años que te fuiste.

A todos nos pasa que, por un lado, parece que fue ayer y por otro nos asustamos de que ya haya transcurrido ese tiempo…

Continuamente estás en nuestros pensamientos y nuestra vida, en el día a día de todo tu entorno, viendo crecer a Haizea con el mismo arremango del que hacías gala cuando estabas en tu salsa.

En este tiempo, como astro integrado en la vieja Atalaya de Mamariga,

no nos has dejado parar: “porque Jon decía…, Jon hizo…, Jon explicaba…, en las entradas de Jon encontrarás…, si estuviera aquí Jon…, gracias a Jon…,

Nos has dejado al león vigilante que no nos quita ojo… y ahí le andamos: nadie queremos desgranarnos de la piña en que nos fundiste. Y así, ora nos ponemos nombre, ora nos registramos, ora hacemos un logo identificativo, ora nos ponemos a planear charlas o iniciativas.

Y en cada paso que damos estás en el corazón de la piña inspirándonos, poniéndonos alas con las que descubrir horizontes, como cuando te subías en los hombros de gigantes para ver más allá. Sigues en los ojos de Haizea, en el alma impulsora de Ana, y en la serena entereza de Mari Carmen, tu “madre-cartera”.

Has sido, eres y serás un referente en la memoria histórica de Santurtzi.